viernes, 30 de septiembre de 2011

Una carta del cielo. Pro.8




.... Escúchame que te diré la cosa mas importante... te hablare desde la justicia:
Desde mi boca te expresare toda la verdad, pues como bien sabes mis labios rechazan la mentira y quien me teme y aborrece todo lo que no deseo para el, como el orgullo, la arrogancia, las malas palabras, y la mala conduzca.

Pero a los que me aman y me buscan yo
les trato como príncipes porque me conocen, conmigo tienen todo lo que necesitan y todo lo duradero que yo puedo darles. Mis frutos son mejores como bien te enseñe gracias a la carta de mi querido amigo Pablo, que cualquier regalo que puedas desear y todo lo que tu puedas llegar a pensar.



Yo siempre querré llevarte por el camino verdadero y el recto, por los senderos de mi propia justicia, enriqueciéndote cuando vas andando y amándote regalándote caminos nuevos y tesoros incalculables.
Fui establecido desde la eternidad, desde antes que existiera el mundo.
No existían los grandes mares cuando yo nací; no había entonces manantiales de abundantes aguas. Nací antes que fueran formadas las colinas, antes que se cimentaran las montañas. Antes de que pudieras contemplar este universo que hice para ti. El día que mas me llene de alegría
fue cuando te puse en este mundo. Pues como bien te mande recordar en mi palabra:
«Antes de formarte en el vientre,
ya te había elegido; antes de que nacieras,
ya te había apartado; te había nombrado Tamy para mostrar a otros el amor que yo te di y enseñe.»


Allí estaba yo, arriba viéndote crecer. Día tras día me llenaba de alegría, recuerda que siempre disfruto al ver en la sierva estas empezando a ser y lo que llegaras a ser.
Y ahora escúchame bien y recuerda esto para que puedas guiar a otros; Se sabia, prepárate en mi palabra, estudiala, amala, no lo dejen para otro momento, aprovechen a cada momento el privilegio que yo os doy estando donde estáis, ir por el camino que yo les proporcione. nunca dejen de escucharme, estén atentos a que yo les llame y preparados para estar conmigo y dejar todos las cosas que yo les di en su momento para estar en este lugar. Recuerden que es lo importante y que no. Quien me escucha y me abre su corazón, estará en mi circulo de amigos y yo velare por sus caminos. Animen aquellos que aun no lo saben, o los que lo hicieron en algún momento atrás en sus vidas, y no dejen de hacerlo porque verdaderamente os espero para recibiros como a mis hijos.
Así que querida hija y amiga no te desanimes en las tribulaciones porque son y serán pasajeras, esfuérzate y yo estaré por siempre a tu derecha.
Con todo el cariño que jamas nunca podrás entender te amo

Tu querido padre.




jueves, 29 de septiembre de 2011

Salmos 25



A ti, Señor, elevo mi alma;
mi Dios, en ti confío; no permitas que sea yo humillada, no dejes que mis enemigos se burlen de mí. En ti pongo mi esperanza y jamás seré avergonzado; pero se avergonzaran los que te traicionan sin razón.
Hazme conocer tus caminos; muéstrame tus sendas. guíame en tu verdad, ¡enséñame! eres tu mi Dios. No te olvides de mi cuando me mimabas y me dabas de tu ternura que siempre me mostraste. Olvida los pecados y transgresiones que cometí en mi juventud inmunda y acuérdate de todo el amor que me extendiste con tu mano y tu abrazo, porque Señor solo tu eres bueno.
Bueno y justo eres Señor. Por eso siempre nos muestras tu camino a los que te fallamos y pecamos.
Tu siempre nos enseñas en tu justicia y camino a los humildes y a los que de ti necesitan, dirigiéndonos en todas tus sendas de amor y verdad para los que intentamos seguir fieles a tu camino por tu amor a tu nombre.
Yo señor, quiero tener temor de ti, para que tu me instruyas en el mejor camino hacia tu voluntad. Vivir en ti gozosamente dando mi vida y mi herencia a ti. Porque tu señor me brindaste una oportunidad de ser mi preciado amigo y yo te honro con mi vida en cada momento. Mi corazón y mis ojos te pertenecen y siempre estarán puestos en ti, porque solo tu me sacaste del pecado y del engaño que satanás me hizo intentando ser mi amigo.
Ven a mi de nuevo para abrazarme cuando mas lo necesito, y ten compasión de mi, en mi mayor necesidad de tu bendición y misericordia.
Sin ti no estaré sola ni desolada, aunque aumenten mis tormentas. Observa mis tribulaciones y borra de mi todos los fallos que pude cometer y aquellos pecados que pude cometer.
Aunque cada día aumenten mis enemigos en la guerra que desato satanás.
Cuídame, protegerme, dame de tu aire y fuerzas y no permitas que sea destrozada ni avergonzada. Porque en ti me preparo y busco refugio ante las iniquidades. Se tu querido Dios, mi protección y capacitame en mi rectitud, en el corazón y alma porque tu eres mi apuesta y en ti he puesto mi esperanza y mi tesoro. Ayúdanos a todos los que venimos a ti en respuesta. Amen.




martes, 20 de septiembre de 2011

El regalo del rey

El soberano de un gran reino se encontraba ya en una avanzada edad y quería asegurarse de que, antes de abandonar el mundo, le transmitía a su hijo una importante lección. A lo largo de las épocas más difíciles de su reinado, aquello había sido clave para mantenerse firme y conseguir que finalmente reinara en su país la paz y la armonía. Por alguna razón, el joven príncipe no acababa de entender lo que su padre le decía.

  • Sí, padre, comprendo que para ti es muy importante el equilibrio, pero creo que es más importante la astucia y el poder.

Un día, cuando el rey cabalgaba con su corcel, tuvo una gran idea.

  • Tal vez mi hijo necesita no que yo se lo repita más veces, sino verlo representado de alguna manera.

Llevado por un lógico entusiasmo, convocó a las personas más importantes de su corte en el salón principal del palacio.

  • Quiero que se convoque un concurso de pintura, el más grande e importante que se haya nunca creado. Los pregoneros han de hacer saber en todos los lugares del mundo que se dará una extraordinaria recompensa al ganador del concurso.

  • Majestad – preguntó uno de los nobles - ¿cuál es el tema del concurso?

  • El tema es la serenidad, el equilibrio. Sólo una orden os doy – dijo el rey –: bajo ningún concepto rechazaréis ninguna obra, por extraña que os parezca o por disgusto que os cause.

Aquellos nobles se alejaron sin entender muy bien la sorprendente instrucción que el rey les había dado.

De todos los lugares del mundo conocido acudieron maravillosos cuadros. Algunos de ellos mostraban mares en calma, otros cielos despejados en los que una bandada de pájaros planeaba creando una sensación de calma, paz y serenidad.

Los nobles estaban entusiasmados ante cuadros tan bellos.

  • Sin duda, su majestad el rey va a tener muy difícil elegir el cuadro ganador entre obras tan magníficas.

De repente, ante el asombro de todos, apareció un cuadro extrañísimo. Pintado con tonos oscuros y con escasa luminosidad, reflejaba un mar revuelto en plena tempestad en el que enormes olas golpeaban con violencia las rocas oscuras de un acantilado. El cielo aparecía cubierto de enormes nubarrones.

Los nobles se miraron unos a otros sin salir de su incredulidad y pronto irrumpieron en burlas y carcajadas.

  • Sólo un demente podría haber acudido a un concurso sobre la serenidad con un cuadro como éste.

Estaban a punto de arrojarlo fuera de aquella sala cuando uno de los nobles se interpuso diciendo:

  • Tenemos una orden del rey que no podemos desobedecer. Nos dijo que no se podía rechazar ningún cuadro por extraño que fuese. Aunque no hayamos entendido esta orden, procede de nuestro soberano y no podemos ignorarla.

  • Está bien – dijo otro de los nobles – pero poned este cuadro en aquel rincón, donde apenas se vea.

Llegó el día en el que su majestad el rey tenía que decidir cuál era el cuadro ganador. Al llegar al salón de la exposición, su cara reflejaba un enorme júbilo y, sin embargo, a medida que iba viendo las distintas obras su rostro transmitía una creciente decepción.

  • Majestad, ¿es que no os satisface ninguna de estas obras? – preguntó uno de los nobles.

  • Sí, si son muy hermosas, de eso no cabe duda, pero hay algo que a todas les falta.

El rey había llegado al final de la exposición sin encontrar lo que tanto buscaba cuando, de repente, se fijó en un cuadro que asomaba en un rincón.

  • ¿Qué es lo que hay allí que apenas se ve?

  • Es otro cuadro majestad.

  • ¿Y por qué lo habéis colocado en un lugar tan apartado?

  • Majestad, es un cuadro pintado por un demente, nosotros lo habríamos rechazado, pero siguiendo vuestras órdenes de aceptar todos los que llegaran, hemos decidido colocarlo en un rincón para que no empañe la belleza del conjunto.

El rey, que tenía una curiosidad natural, se acercó a ver aquel extraño cuadro, que, en efecto, resultaba difícil de entender. Entonces hizo algo que ninguno de los miembros de la corte había hecho y que era acercarse más y fijarse bien. Fue entonces cuando, súbitamente, todo su rostro se iluminó y, alzando la voz, declaró:

  • Éste, éste es, sin duda, el cuadro ganador.

Los nobles se miraron unos a otros pensando que el rey había perdido la cabeza. Uno de ellos, tímidamente, le preguntó:

  • Majestad, nunca hemos discutido vuestros dictámenes, pero ¿qué veis en ese cuadro para que lo declaréis ganador?

  • No lo habéis visto bien, acercaos.

Cuando los nobles se acercaron, el rey les mostró algo entre las rocas. Era un pequeño nido donde había un pajarito recién nacido. La madre le daba de comer, completamente ajena a la tormenta que estaba teniendo lugar.

El rey les explicó qué era lo que tanto ansiaba transmitir a su hijo el príncipe.

- La serenidad no surge de vivir en las circunstancias ideales como reflejan los otros cuadros con sus mares en calma y sus cielos despejados. La serenidad es la capacidad de mantener centrada tu atención, en medio de la dificultad, en aquello que para ti es una prioridad.