El miedo puede llamarse de mil maneras, puede hacerte cambiar de sentimientos, puede llevarte por caminos difíciles. Puede acabar rompiendo cosas que amas, puede acabar completamente con lo que eres, puede hacer que dejes de ser tu y convertirte en algo completamente distinto.
Puede helar tu corazón para que dejes de sentir. Puede hacer que te alejes hasta de ti misma.
Puede hacer que algo verdaderamente hermoso deje de inspirar imaginación.
Puede esconder una sonrisa que en tu interior se olvido de como impulsarla al exterior.
Puede hacer que cambies de carril en un momento de desastre.
Puede hacer que frenes ante una curva peligrosa y que aceleres sin ver donde estas.
El miedo puede hacer que dejes de ilusionarte ante un nuevo día.
Puede hacer que veas la luna como algo indiferente, que huyas y te escondas para no acordarte de como eras antes de tener miedo.
El miedo es el que hace que la respiración sea mas difícil, y que te sumerjas ante el agua, sin ganas de luchar por salir a flote y poder respirar.
El miedo puede hacer que dudes cuando estas segura, que tiembles cuando no hay nada que pueda tranquilizarte. El miedo puede ser algo que te paraliza.
El miedo puede aparecer en diferentes formas, puede hacer que todo lo que eras deje de serlo por miedo, por no tener donde sentirte segura.
Os contare una cosa...
Hace demasiados años, no tenia miedo, y si era así, era porque todo me daba igual, arriesgaba, a veces salia bien a veces salia mal. Pasando facturas, cada año, con cada experiencia. Dejando por el camino a personas, cosas, adicciones y demás...
Pero cuando volví a El, y empecé a conocerle de verdad, fue cuando yo misma empecé también a conocerme. Poco a poco empezaron a salir miedos y mas miedos, pero El los iba trabajando y dominando, en diversas situaciones, abriéndome mas y mas para que fuera mas segura.
Pero ahora todo cambio.
El silencio, la soledad, la vulnerabilidad, la humillación, la vergüenza, el temor, son aspectos que rodean al miedo, cuando abres demasiado y confías demasiado.
Todo cambia, todo pasa, todo. La personas que eramos ya dejamos de serlo. Y ahora lo que nos queda es lo que vemos ante el espejo. Ante nosotros mismos. Intentando decidir como andar cada paso tirando la llave de esa puerta al olvido, donde nunca debió abrirse, ni ante una misma.
El olvido puede llegar a ser el mejor de tus amigos.
El miedo puede llegar a ser el envoltorio de cada arteria.
Matara.
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